Soy uno de los tantos que cuando se enteraron, hace ya 8 años, que el Mundial se hacia en Brasil se entusiasmo con la posibilidad de acercarse, aunque sea a chusmear al país de la bossa nova.
Por diez mil cuestiones que no vienen al caso detallar, ese sueño no va a poder ser. Ojo, se hicieron algunos sondeos, que nos vamos en auto, que alquilamos una casa rodante o nos vamos a dedo, pero no. Se noto que al final no era tanto el entusiasmo o las cuentas no rendian o vaya a saber que paso.
Así que nos vamos a tener que conformar con seguirlo a la distancia a través de los miles de enviados especiales que van a estar cubriendo el evento deportivo más importante del mundo, contandonos en bermudas lo rica que es la Caipirinha.
Y nosotros vamos a estar acá contando nuestra experiencia del mundial sin estar en el mundial. Cosa rara, si. Desde el frio del sur vamos a compartir nuestras sensaciones mundialistas, la preparación, las cabalas, las alegrías y las decepciones. Somos los que no tenemos pasaje a Brasil.
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